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Foto del escritorEdward David Gonzales Galvez

DIABETES GESTACIONAL Y SU REPERCUSION PERINATAL

Actualizado: 9 dic 2020


Los cambios que acontecen en la actualidad en relación al estilo de vida, como un aumento del sedentarismo y obesidad, están contribuyendo a una mayor prevalencia de diabetes mellitus, que también puede afectar a la gestante con repercusiones obstétricas y fetales e incluso afectar en la salud de la mujer luego del embarazo. Se espera que en el mundo para el 2035, alrededor de 593 millones de personas estén afectadas por la diabetes. A nivel mundial se asume que aproximadamente entre 6 y 7 % de los embarazos se complican por la diabetes de los cuales el 88-90% son mujeres con diabetes gestacional.


Los criterios diagnósticos de diabetes gestacional han variado en el transcurso de los años pero en la actualidad el tamizaje se basa en la historia clínica, los antecedentes familiares y los factores de riesgo (diabetes gestacional y macrosomía fetal en el embarazo previo, obesidad, síndrome de ovarios poliquísticos, padres diabéticos). A estas pacientes se les realiza una glicemia en ayunas al inicio del embarazo, si los resultados son negativos se realiza la prueba de cribado con 50 gramos de glucosa entre las 24 y 28 semanas; si el resultado es anormal (> 140 mg/dl) se toma la prueba de tolerancia a la glucosa (PTG) de 75 gramos de glucosa el cual se interpreta del siguiente modo:


Glicemia en ayunas >92 mg/dl

1 hora luego de ingesta de 75 gr de glucosa >180 mg/dl

2 horas luego ingesta de 75 gr de glucos >153 mg/dl

Diabetes Gestacional se diagnostica con 1 o más valores alterados en cualquier momento del embarazo.


La diabetes gestacional es una enfermedad caracterizada por la intolerancia a los carbohidratos, que produce hiperglicemia, que se inicia y reconoce durante la gestación. Esta condición de hiperglicemia es de extrema gravedad para la madre y el feto, pues se asocia a complicaciones inmediatas y tardías. Las gestantes con diabetes tienen mayor riesgo de trastornos hipertensivos del embarazo, de culminar el embarazo vía cesárea y riesgo de padecer diabetes mellitus tipo 2 en los siguientes 10 años; por ello es importante el seguimiento de la gestante hasta 3 meses después del parto. El riesgo de enfermedades cardiovasculares y el síndrome metabólico también deben ser considerados. Entre las consecuencias perinatales se describen la macrosomía fetal, hipoglucemia neonatal, hiperbilirrubinemia, distocia de hombro, riesgo de trauma fetal durante el nacimiento y muerte fetal -neonatal. El recién nacido también estará expuesto a efectos a largo plazo como un mayor riesgo de obesidad, diabetes mellitus y síndrome metabólico.


El tratamiento se basa en el adecuado control de la glucosa en sangre, para lo cual la consejería nutricional es fundamental, basándose en la adecuada ingesta calórica y buenos hábitos alimenticios. El ejercicio físico ha demostrado, en pacientes diabéticos, mejorar la sensibilidad a la insulina en los tejidos lo que representa un adecuado control de la glucosa en sangre. Otra estrategia importante es la monitorización de la glucosa en ayunas y 1-2 horas después de cada comida. El objetivo terapéutico es lograr valores de glucosa en sangre en ayunas inferiores a 95 mg/dl y postprandiales (post-ingesta) inferiores a 140 a la hora e inferiores a 120 a las 2 horas. Si los valores de la glucosa no se controlan con dieta y ejercicios la opción siguiente es el tratamiento farmacológico como la insulina y los hipoglucemiantes orales (gliburida y metformina). El uso de la insulina es beneficioso pues no cruza la placenta y no se conocen efectos teratogénicos. La metformina inhibe la gluconeogénesis hepática lo que aumenta la sensibilidad a la insulina en los tejidos periféricos y la gliburida aumenta la secreción pancreática de insulina, además de la sensibilidad a esta hormona en los tejidos periféricos.


Aquellas mujeres con diabetes gestacional con buen control de glucosa en sangre pueden manejarse en forma expectante hasta las 39- 40 semanas de gestación; y aquellas con mal control de glucosa deberán ser tratadas en coordinación con subespecialistas y el momento del parto debe individualizarse. Usualmente las mujeres con diabetes gestacional no necesitan seguir el tratamiento después del parto, pero se recomienda realizar una prueba de tolerancia a la glucosa (PTG) de 2 horas y con 75 gramos de glucosa a las 12 semanas después del parto.











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